El Sínodo aborda la sustitución de las conferencias episcopales por estructuras sinodales

El Sínodo aborda la sustitución de las conferencias episcopales por estructuras sinodales
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El papel de los teólogos ha ganado en importancia en la Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal del Sínodo sobre la Sinodalidad. Algunos de ellos, el coordinador de este grupo, Dario Vitale, el canonista español José San José Prisco, la teóloga rumana, Klára Antonia  Csiszar, y el teólogo australiano, Ormond Rush, han compartido sus reflexiones en la rueda de prensa de este 16 de octubre.

Papel de las conferencias episcopales

Sobre lo desarrollado en el Aula Sinodal, el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, señaló que en la Iglesia desde el comienzo siempre ha existido una relación estrecha con el territorio. Igualmente reflexionó sobre el mundo digital y sus peligros, la necesidad de que las parroquias sean lugar de encuentro, ser creativos para reforzar la presencia de la Iglesia en más ámbitos, algunas cuestiones relacionadas con las conferencias episcopales, también a nivel continental, el empeño en preservar la unidad de la Iglesia, el ministerio del Papa al servicio de la unidad, y descubrir el interior del corazón humano como el primer lugar.

Estos elementos también estuvieron presentes en las palabras de la secretaria de la Comisión para la Comunicación, Sheila Pires, hablando de la unidad de la Iglesia, la asamblea habló de la atribución de competencias doctrinales a las Conferencias Episcopales y del peligro de fragmentación de la Iglesia. Asimismo, la necesidad de que la Iglesia sea testigo de evangelización para la cultura, reflexionando sobre la diferencia entre depósito y formulación de la fe. La Asamblea Sinodal habló de la posibilidad de sustituir las conferencias episcopales por otras estructuras sinodales. También informó sobre la insistencia en considerar cada lugar como una tierra de misión y la importancia de coordinarse con Roma antes de tomar decisiones. Por último, Pires destacó la importancia de las pequeñas comunidades de base, «que pueden contribuir a que la parroquia sea más viva y dinámica», y la necesidad de adaptarse a los cambios culturales y digitales.

Un texto para vislumbrar caminos

Para el coordinador de los teólogos, su trabajo en el actual es diferente al de otros sínodos. Dario Vitali destacó el hecho de que los teólogos han participado de todas las fases del proceso y la importancia de los grupos lingüísticos, donde se captan las direcciones y consensos para discernir, buscando convergencias y puntos que crean más debate. Para el teólogo italiano, el elemento decisivo es el consenso, al que se llega escuchando al Espíritu tras escuchar a los demás. Desde ahí se buscará un texto coherente que nos ayude a vislumbrar el camino para la Iglesia.

Camino común de canonistas y teólogos

José San José Prisco destacó el trabajo en conjunto entre los canonistas y los teólogos, algo que no era normal hace mucho tiempo, dado el caminar paralelo entre Teología y Derecho Canónico a lo largo de la historia. El canonista español subrayó la mutua necesidad, eso porque “los canonistas nos dedicamos a comprender mejor la norma canónica y su posible aplicación o cambio para el momento presente”. En ese sentido, su labor es acompañar las peticiones del Sínodo sobre cambios posibles en referencia a la legislación, descubrir entre las peticiones aquellas posibilidades de cambio que puedan mejorar la legislación actual, una función muy complementaria con la de los teólogos.

Unas gafas para vislumbrar lo que Dios nos pide

Reconociendo la participación en el Sínodo como un espacio para aprender juntos, Klara Antonia Csiszár reconoció que se ha abierto espacio para la Teología en el Sínodo, donde quieren brindar una aportación al estilo sinodal. Los temas de los foros son vistos por a teóloga rumana como una orientación ante las trabas. Ella señaló que se percibe cierto cansancio, poniendo como desafío lo que llamó entonar la melodía de base, la teología del Pueblo de Dios, que debe ser percibido como sujeto de la misión. En esa perspectiva, reflexionó sobre el rol de los obispos en la Iglesia sinodal y primacía papal, así como el desafío de hacer de sinodalidad una práctica cotidiana. Para ello llamó a “ponernos unas gafas nuevas para pedir vislumbrar lo que nos pide Dios”. Junto con ello, el papel de los teólogos y teólogas es “aportar nuestro granito de arena para ayudar al nacimiento de una Iglesia sinodal”.

Aplicar el Evangelio en el tiempo y espacio actual

Este Sínodo lleva a entrar en un proceso que forma parte de la tradición viva de la Iglesia, escuchando la fe viva del Pueblo de Dios, destacó Ormond Rush. El papel del teólogo es ayudar a las comunidades cristianas a interpretar y aplicar el Evangelio en un tiempo y un espacio, llevar el evangelio a todos, algo revelado por Jesús, afirmando que el Espíritu Santo nos llevará hacia el futuro. El teólogo australiano resaltó la importancia de escuchar el sensus fidei para llegar a un acuerdo, de ver cómo la figura de Jesús sigue actual. Para ello, la Teología tiende puentes, viendo el Vaticano II como un instrumento para ver la historia de una forma diferente.

En ese sentido, Rush recordó que las perspectivas cambian a lo largo de la historia de la Iglesia, lo que hace necesario comprender los signos de tiempos, lo que puede brindar una nueva visión de Dios. Se necesitan nuevas respuestas, porque las respuestas antiguas le impiden a la Iglesia anunciar de una forma que se pueda comprender el mensaje, de una forma empática y misericordiosa. En ese camino, los teólogos son llamados a ayudar a la Iglesia para que pueda seguir la Tradición, un papel que están llevando a cabo en el presente proceso sinodal.


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