Decálogo sinodal

Victor Codina
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Por: Víctor Codina, SJ

marzo 10, 2024

Presento, en forma de decálogo, una sencilla introducción al sínodo y a la sinodalidad eclesial.

  1. Sínodo, etimológicamente, significa camino conjunto, o comunidad en camino; implica dos dimensiones, la comunitaria y la dinámica.
  1. Aplicado a la Iglesia significa el “nosotros eclesial”, la comunidad de Jesús que camina hacia el Reino de Dios.
  1. Su fundamento teológico es trinitario, la Iglesia significa y es sacramento de la comunión trinitaria, que por la fuerza del Espíritu de Jesús camina hacia el Reino de Dios 
  1. En el Nuevo Testamento encontramos algunos ejemplos de sinodalidad, como la vida de la primera comunidad de Jerusalén (Hch 2, 42-47) y el Concilio de Jerusalén: “el Espíritu Santo y nosotros hemos decidido” (Hch 15, 28).
  1. Esta dimensión comunitaria en la que todos participan en aquello que afecta a todos, se perdió en la época de Cristiandad. El Concilio Vaticano II (1962-1965) la recuperó al presentar la Iglesia como Pueblo de Dios (cf. LG 2), donde todos hemos recibido el bautismo de Jesús y la unción del Espíritu, todos poseemos el sentido de la fe por la que el Pueblo de Dios es infalible en su creencia (cf. LG 12).
  1. El Papa Francisco ha asumido estas orientaciones del Vaticano II y propone la sinodalidad como el estilo peculiar para la Iglesia del tercer milenio y convoca un Sínodo para 2023-2024 sobre la sinodalidad, “Iglesia comunión, participación y misión”, con una participación previa en las Iglesias locales (diocesanas, nacionales y continentales).La finalidad del Sínodo no es producir documentos, sino hacer que germinen sueños, profecías, esperanzas e ilusiones, curar heridas, tejer relaciones, aprender unos de otros, crear un imaginario positivo que ilumine la mente, enardezca el corazón y fortalezca las manos.
  1. Esto supone una gran conversión eclesial, se trata de una gran reforma de la Iglesia, edificar una pirámide invertida, significa superar todo clericalismo y elitismo jerárquico, religioso, espiritual y cultural.
  1. No desaparecen los diversos carismas eclesiales, jerárquicos y no jerárquicos, don del Espíritu (cf. LG4), sino que se sitúan en diálogo y comunión eclesial, pues lo que nos une a todos es más que las diferencias eclesiales y carismáticas.
  1. La dificultad mayor es doble:
    que clérigos y vida religiosa dejemos el protagonismo y la prepotencia que hemos tenido a menudo e imitemos a Jesús que lavó los pies a los discípulos.
    que el laicado abandone la pasividad y que todos y todas asuman el rol que les corresponde como bautizados en la misión de la Iglesia e imiten a los discípulos, hombres y mujeres, que seguían a Jesús por los caminos de Galilea.
  1. La sinodalidad es un proceso, no se limita a preparar el Sínodo 2023-2024, sino que supone iniciar un dinamismo de diálogo y participación que incluya a comunidades, movimientos e instituciones eclesiales, seminarios, etc., en los diferentes ámbitos: evangelización, formación, catequesis, liturgia, pastoral , juventud, gobierno, administración económica, obras sociales, diálogo con otras culturas y religiones, escuchar la voz de los excluidos y descartados sociales y eclesiales, ser hospital de campaña que acoge a todos, etc. 

Cuanto antes se comience este proceso, tanto, mejor.

* Publicado en Amerindia el 22 de octubre de 2022.

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