La Arquidiócesis de Lima presenta una hoja de ruta para vivir la sinodalidad en cada parroquia

La Arquidiócesis de Lima presenta una hoja de ruta para vivir la sinodalidad en cada parroquia
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Con una metodología renovada y el espíritu de escucha como eje, la Arquidiócesis de Lima presenta una guía clara y esperanzadora para preparar las Asambleas Sinodales Parroquiales del 2025, como antesala de la gran Asamblea del 2026.

Una Iglesia que escucha y camina junta

La Arquidiócesis de Lima ha publicado una detallada Guía de lectura para las Asambleas Sinodales Parroquiales, aprobada por el Consejo Pastoral Arquidiocesano, que marca una hoja de ruta clara para la realización de las asambleas en cada comunidad parroquial entre mayo y agosto de 2025. Inspirada en las conclusiones del Sínodo de la Sinodalidad, esta guía se convierte en un instrumento muy útil para renovar la vida eclesial desde abajo, con una actitud de escucha, corresponsabilidad y misión compartida.

El documento parte de una concepción viva de la sinodalidad como un proceso espiritual y pastoral que busca hacer de la Iglesia un espacio verdaderamente participativo.

La Asamblea Sinodal se presenta como una instancia privilegiada para el discernimiento comunitario, donde todos los miembros del Pueblo de Dios, desde los más comprometidos hasta los más alejados, son llamados a ofrecer su voz. La meta: que cada parroquia pueda evaluar su caminar, identificar desafíos y renovar su compromiso evangelizador.

Metodología sinodal y misión compartida

La guía estructura un proceso dividido en fases: preparación, formación, reflexión y realización. Se trata de una experiencia meticulosamente preparada, con metodología y roles definidos. La propuesta metodológica estrella es la “Conversación en el Espíritu”, una dinámica que combina oración, silencio, escucha activa y construcción de consensos para permitir que el Espíritu Santo oriente los pasos de la comunidad.

Uno de los aportes del documento es precisamente la explicación detallada de la metodología de la “Conversación en el Espíritu», que transforma el diálogo en un acto litúrgico y espiritual. Esta práctica se estructura en tres momentos: el “Yo” (reflexión personal), el paso “del Yo al Tú” (escucha de los demás) y el “Nosotros” (construcción comunitaria). Así, el discernimiento no parte de opiniones aisladas, sino de una apertura espiritual al sentir común que brota del encuentro fraterno.

El Manual del Facilitador/a, incluido en la guía, refuerza el carácter espiritual y técnico de este proceso. Lejos de ser un simple moderador, el facilitador es una figura clave que asegura el respeto de los tiempos, la equidad en la participación y el ambiente de oración. El manual ofrece criterios claros para su selección —como la capacidad de escucha, liderazgo y serenidad— y subraya que su rol no es dirigir contenidos, sino sostener el proceso. Además, propone un decálogo espiritual inspirado en el Papa Francisco, que define al facilitador como un servidor del discernimiento comunitario, atento al soplo del Espíritu en medio del pueblo.

El camino hacia una Iglesia más misionera, profética y comprometida

La sinodalidad, según este documento, no es un fin en sí mismo, sino el camino hacia una Iglesia más misionera, profética y comprometida con los desafíos de la sociedad limeña. La guía invita a incluir a las periferias, a no dejar fuera a los indiferentes, a escuchar incluso a quienes han estado alejados de la vida eclesial.

De este modo, las Asambleas Sinodales Parroquiales se convierten en un laboratorio de conversión pastoral, donde se da cuerpo al sueño de una Iglesia cercana, sencilla y al servicio del Evangelio.

La propuesta arquidiocesana no parte de cero. Retoma los frutos de la I Asamblea Sinodal del 2020 y la fase de escucha del Sínodo universal 2021-2024. Así, el itinerario hacia la II Asamblea Sinodal Arquidiocesana en enero de 2026 se construye sobre una rica base de experiencia, aprendizajes y expectativas compartidas.

Parroquia sinodal

La guía recoge las preguntas clave que animarán el diálogo en cada parroquia, orientadas a identificar avances, obstáculos y caminos para una parroquia más sinodal y misionera.

El cronograma general incluye desde la publicación de subsidios y talleres para facilitadores, hasta las sesiones parroquiales y la sistematización decanal, culminando en la redacción del Instrumentum laboris para la Asamblea del 2026. Este horizonte común otorga sentido a cada paso local: lo que se vive en cada comunidad no queda aislado, sino que se integra en un proceso eclesial mayor, de alcance arquidiocesano.

En palabras del Papa Francisco, citadas en la guía, “el propósito del Sínodo no es producir documentos, sino plantar sueños, suscitar profecías y visiones… aprender unos de otros y crear un ingenio brillante que ilumine las mentes y caliente los corazones”.

Esta guía se ofrece como una invitación concreta a encarnar esa visión, para que en cada rincón de Lima florezca una Iglesia más sinodal, más misionera, más viva.

Descarga la guía aquí

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