En un momento decisivo para la Iglesia, el teólogo venezolano Rafael Luciani reflexiona sobre la necesidad de reconocer plenamente al laicado como sujeto activo en la vida eclesial. Su artículo, publicado en la revista Estar (febrero de 2025), señala cómo la sinodalidad exige una conversión profunda de mentalidades y estructuras para superar el clericalismo y dar paso a una Iglesia verdaderamente corresponsable.
Abrir espacios reales de liderazgo para laicos
Luciani remarca que el Concilio Vaticano II ya sentó las bases para una Iglesia en la que todos los fieles –laicos y clérigos– formen parte de un mismo Pueblo de Dios. Sin embargo, la realidad actual demuestra que el camino aún está incompleto. La igualdad bautismal sigue siendo un principio más teórico que práctico, y la participación de los laicos en la toma de decisiones eclesiales continúa siendo limitada.
El Sínodo de la Sinodalidad ha puesto sobre la mesa la urgencia de abrir espacios reales de liderazgo para los laicos, especialmente para las mujeres, y de fomentar estructuras participativas dentro de la Iglesia. El Documento Final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos insiste en la necesidad de que los laicos accedan a puestos de autoridad y participen en procesos decisionales en igualdad de condiciones.
“El pleno reconocimiento del laicado como sujeto aún es una asignatura pendiente”, afirma Luciani, quien recalca que la reforma eclesial debe estar cimentada en una teología sólida del laicado. Para ello, considera que la jerarquía eclesial debe impulsar estructuras sinodales efectivas, donde la corresponsabilidad no sea solo un concepto, sino una práctica real.
Participación activa y corresponsable de los fieles
“Una Iglesia que no fomente la participación activa y corresponsable de sus fieles no puede aspirar a una verdadera conversión y perderá credibilidad en la sociedad actual”, advierte Luciani.
En su artículo, el teólogo invita a pensar en nuevos modelos de liderazgo y en el fortalecimiento de espacios como los consejos pastorales y las asambleas diocesanas, donde la voz de los laicos, además de ser escuchada, sea vinculante. La Iglesia –sostiene Luciani– debe recuperar su sentido comunitario original, donde todos los bautizados caminan juntos en misión.
“En definitiva, el reconocimiento pleno del laicado como sujeto es fundamental para construir una eclesialidad sinodal. Cualquier intento de reforma debe estar cimentado en una sólida teología del laicado”, finaliza su artículo.
Para profundizar esta reflexión, es posible encontrar el artículo completo de Rafael Luciani en la revista Estar, donde explora en detalle los desafíos y oportunidades de esta transformación eclesial.
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