“Tengan misericordia”, el mensaje de la obispa Mariann Edgar Budde resuena con los valores sinodales

“Tengan misericordia”, el mensaje de la obispa Mariann Edgar Budde resuena con los valores sinodales
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En un sermón pronunciado durante la ceremonia interreligiosa en la Catedral Nacional de Washington, Estados Unidos, la obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde hizo un llamado al presidente Donald Trump para que muestre clemencia hacia las minorías vulnerables en el país, incluyendo la comunidad LGBTQ+ y los migrantes.

El mensaje de la obispa Budde, quien se ha destacado por su compromiso con la justicia social, contiene los valores de la Iglesia sinodal descritos en el Documento Final del Sínodo de la Sinodalidad, ya que, como se menciona el texto, se exige una conversión constante basada en la escucha del Evangelio y en el reconocimiento de los más pobres y marginados como sujetos activos de evangelización.

Desde la primera fila de la catedral, el presidente Trump y la primera dama, Melania Trump, escucharon en silencio las palabras de Budde, quien instó a la nueva administración a no cerrar los ojos ante el sufrimiento de quienes temen por su futuro: “Millones han puesto su confianza en usted. Y como dijo ayer a la Nación, usted ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de nuestro Dios, le pido que tenga misericordia con la gente que está asustada en nuestro país: gays, lesbianas y niños y niñas transgéneros en familias demócratas, republicanas e independientes”.

Proteger a los más vulnerables

El documento sinodal subraya quela Iglesia está llamada a ser pobre con los pobres”, recordando que el Evangelio presenta a Jesús como alguien que siempre escucha a los más necesitados. La intervención de Budde se alinea con esta enseñanza al resaltar la urgencia de acoger y proteger a quienes enfrentan discriminación y exclusión: “Algunas de ellas temen por sus vidas. Y misericordia con la gente… Puede que no sean ciudadanos que tengan la documentación adecuada, pero la vasta mayoría de inmigrantes no son delincuentes: pagan impuestos y son buenos vecinos, son fieles miembros de nuestras iglesias, mezquitas, sinagogas, gurdwaras o templos».

El mensaje de la obispa Budde también pone de manifiesto el desafío que enfrenta la Iglesia en la actualidad: ser un puente de reconciliación en una sociedad fragmentada por el miedo y la desigualdad. En el documento sinodal se enfatiza que “la escucha de los que sufren la exclusión y la marginación refuerza la conciencia de la Iglesia de que es parte de su misión hacerse cargo del peso de estas relaciones heridas”.

Ser misericordiosos

El llamado de la obispa fue una súplica al nuevo gobierno, pero, al mismo tiempo, fue una invitación a reflexionar para toda la sociedad: “Le pido tener compasión, señor presidente, con quienes en nuestras comunidades tienen miedo de que se lleven a sus padres, y que ayude a quienes huyen de zonas de guerra y persecución en sus propias tierras a encontrar compasión y que sean bienvenidos aquí. Nuestro Señor nos enseña que tenemos que ser misericordiosos con los extranjeros, pues todos nosotros fuimos extranjeros en esta tierra”.

Que Dios nos garantice la fuerza y la valentía para honrar la dignidad de todos los seres vivos, decir la verdad los unos a los otros en amor, y caminar humildemente los unos con los otros y con nuestro Dios. Por el bien de toda la gente de esta nación y del mundo”, concluyó la obispa Mariann Edgar Budde, en una plegaria que encontró eco en las enseñanzas sinodales sobre el cuidado de las relaciones humanas y la búsqueda del bien común.

Repercusiones en medios católicos

Los medios católicos han ofrecido diversas perspectivas sobre el sermón de la obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde. Religión Digital destacó la valentía de Budde al pronunciar un discurso que califican como una “parresía valiente tan espiritual como evangélica”. El medio remarca el valor de líderes que, con tonos tranquilos y firmes, actúan como una “resistencia humana frente a la barbarie salvaje incluso disfrazada de derecho”. Se resalta la necesidad de enfrentar las mentiras y el odio con la verdad y la dignidad.

Por su parte, Vida Nueva Digital informa que el presidente Trump expresó su descontento con el servicio religioso, calificándolo de “poco emotivo” y afirmando que “podrían haberlo hecho mucho mejor”. El medio también menciona que Trump cuestionó a la obispa por su llamado a la compasión hacia estos grupos vulnerables de inmigrantes y a los miembros de la comunidad LGBTQ+.

 


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