La hermana Nathalie Becquart, religiosa misionera y subsecretaria del Sínodo de los Obispos, resalta el potencial de la sinodalidad para abrir caminos hacia un ministerio más inclusivo, especialmente en relación con la comunidad LGBTQ.

En un reciente artículo publicado en Outreach, la Hna. Becquart destacó que la esencia de la sinodalidad radica en la escucha mutua, el diálogo y el discernimiento, principios que pueden fomentar un acercamiento pastoral más acogedor.

Acompañar a todas las personas sin distinción

Si bien los documentos sinodales no abordan explícitamente el ministerio LGBTQ, su énfasis en la dignidad humana, las relaciones auténticas y la conversión continua ofrecen un marco para acompañar pastoralmente a todas las personas sin excepción. “Tutti, tutti, tutti”, recordó la Hna. Becquart, citando al Papa Francisco para subrayar la inclusión universal en la Iglesia.

Además, la religiosa remarcó que la sinodalidad requiere una conversión relacional, estructural y eclesial, invitando a revisar prácticas pastorales que puedan estar generando barreras o sufrimiento. Según la Hna. Becquart, escuchar a quienes se sienten excluidos o juzgados es esencial para la misión de la Iglesia.

La Hna. Nathalie Becquart es la primera mujer en ocupar el cargo de subsecretaria del Sínodo de los Obispos y en tener derecho a voto en un Sínodo. Su papel fue y es fundamental en promover un enfoque sinodal que valore las contribuciones de todos los bautizados, independientemente de su identidad o condición de vida.

El artículo original fue publicado en Outreach, una plataforma dedicada al ministerio LGBTQ en la Iglesia Católica. Para leer el texto completo, visite el artículo en Outreach.

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