Rafael Luciani: “Una Iglesia, Pueblo de Dios, en cuanto sujeto comunitario e histórico, es constitutivamente sinodal”

Rafael Luciani: “Una Iglesia, Pueblo de Dios, en cuanto sujeto comunitario e histórico, es constitutivamente sinodal”
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El textoUna Iglesia Pueblo de Dios, sujeto comunitario e histórico”, publicado en Christus por el teólogo Rafael Luciani, surge como una reflexión sobre el recorrido y la transformación de la Iglesia Católica en el contexto de su identidad conciliar.

Luciani analiza cómo la noción del Pueblo de Dios ha evolucionado desde el Concilio Vaticano II hasta los recientes desarrollos del proceso sinodal impulsado por el Papa Francisco, mostrando su relevancia histórica y pastoral.

La Iglesia como sujeto comunitario e histórico

Rafael Luciani

Desde los inicios del Concilio Vaticano II, quedó claro que era imprescindible replantear cómo la Iglesia se percibe y se presenta ante el mundo. Luciani rescata las palabras de Mons. De Smedt, quien alertaba sobre los peligros del triunfalismo y el clericalismo, recordando que “lo que viene primero es el Pueblo de Dios”. En esta mirada, la Iglesia no es una jerarquía que gobierna desde arriba, es un conjunto orgánico donde cada miembro es corresponsable del bien común, desde los laicos hasta el Papa.

Para el Cardenal Suenens, la mayor riqueza conciliar fue redescubrir al Pueblo de Dios como una totalidad unificada por el bautismo, explica Luciani: “Es el redescubrimiento del pueblo de Dios como totalidad, como una única realidad, y luego, a modo de consecuencia, la corresponsabilidad que ello implica para cada miembro de la Iglesia”.

Esta conciencia aparece y se va madurando a lo largo del proceso sinodal 2021–2024”, afirma Luciani, y añade: “Hoy somos testigos de la maduración de esta eclesiología conciliar, mientras avanzamos hacia una «ulterior recepción» de la etapa inaugurada por Francisco en 2013”.

El resurgir de la Sinodalidad en el pontificado del Papa Francisco

A lo largo de los años, esta visión enfrentó tensiones y desafíos. Sin embargo, el pontificado del Papa Francisco ha reactivado la centralidad del Pueblo de Dios, promoviendo una “ulterior recepción del Concilio” que se plasma en el proceso sinodal 2021-2024. Según Luciani, este movimiento recupera la tradición conciliar, y profundiza en una Iglesia que no es simplemente la suma de sus miembros, sino un sujeto colectivo e histórico, capaz de discernir y actuar como un todo en su misión evangelizadora.

En este contexto, los documentos recientes del Sínodo de Obispos reordenan la relación entre los sujetos eclesiales, dando prioridad a la dignidad bautismal común y reconociendo el papel de todos, desde los fieles hasta los líderes jerárquicos: “El Documento Final, partiendo de la identidad bautismal común, entiende la reconfiguración de los distintos sujetos eclesiales a partir de una «conversión relacional»”.

Luciani remarca que esta transformación requiere de un cambio teológico, pero también estructural. La Sinodalidad exige superar modelos comunicativos unidireccionales para adoptar dinámicas participativas y multidireccionales, donde cada voz sea escuchada y valorada. Este modelo, sostiene el autor, se convierte en un “camino de renovación espiritual y reforma estructural”, como lo define el Papa Francisco.

Emerge una Iglesia constitutivamente sinodal

En su conclusión abierta, Luciani señala que “estamos ante la emergencia —aun cuando no exista la plena conciencia de su naturaleza y de lo que implica para futuros desarrollos eclesiales— de una Iglesia, Pueblo de Dios que, en cuanto sujeto comunitario e histórico, es constitutivamente sinodal”.

Este artículo ofrece una rica reflexión teológica, y plantea preguntas decisivas: ¿Estamos listos para asumir la Sinodalidad como una dimensión constitutiva de la Iglesia? ¿Qué implicaciones tiene para las estructuras actuales y las relaciones entre todos los fieles?

Los lectores pueden sumergirse en este texto disponible en Christus y reflexionar sobre el rol de cada uno en esta renovación eclesial. Como bien señala Luciani, el Espíritu Santo impulsa a caminar juntos, en diálogo y discernimiento, hacia una Iglesia más participativa, inclusiva y misionera.

Lea el artículo completo en Christus: Una Iglesia, Pueblo de Dios.

 


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