La cuarta encíclica del Papa Francisco ha sido publicada y explicada este 24 de octubre, siendo presentada en la Sala Stampa vaticana por Mons. Bruno Forte y la Hna. Antonella Fraccaro. Una encíclica que, según el arzobispo italiano, “nace de la experiencia espiritual del Papa Francisco, que siente el drama del enorme sufrimiento producido por las guerras y los numerosos actos de violencia en curso, y quiere estar cerca de los que sufren proponiendo el mensaje del amor divino que viene a salvarnos”.

Compendio del pensamiento de Francisco

En palabras de Forte, la encíclica “ofrece la clave para interpretar todo el magisterio de este Papa”, y junto con eso “una especie de compendio de lo que el Papa Francisco ha querido y quiere decir a cada hermano o hermana en humanidad: Dios te ama y te lo ha mostrado del modo más luminoso en la historia de Jesús de Nazaret; mirándole a Él sabrás que eres amado desde siempre y para siempre y podrás reconocer los dones con los que el Padre ha querido enriquecerte; siguiéndole a Él podrás discernir el modo de gastarlos con amor allí donde en su Espíritu quiera conducirte”.

Milagro social de construir en y con nosotros

La religiosa fue desmenuzando algunos elementos presentes en el escrito pontificio, mostrando que nuestro corazón «unido al de Cristo es capaz de este milagro social» de construir con nosotros y entre nosotros, «en este mundo el Reino del amor y de la justicia». Desde ahí pidió que “caminemos juntos con la fuerza de la esperanza, que el Corazón de Jesús nos regala cada día en nuestra vida cotidiana fraterna”.

Una devoción que se hace carne

La devoción al Sagrado Corazón ha sido algo criticado a lo largo de la historia como “una devoción intimista, que casi nos abstraía del compromiso histórico”, reconocía Bruno Forte. Frente a ello señalaba que “uno de los aspectos más importantes de esta encíclica es que el Papa Francisco demuestra justamente lo contrario, lejos de ser intimista, la devoción al Sagrado Corazón nos lleva a hacer una experiencia del amor revelado de Cristo, que se hace historia, carne al lado de los pobres, de los últimos, de los olvidados”.

En ese sentido, ha subrayado que la encíclica “supera el intimismo, y eso me parece muy fuerte en el mensaje del Papa Francisco. Es un manantial, una fuente viva de la que brota de este servicio”. Una propuesta del Papa Francisco en este texto que “nos revela el manantial profundo de todo su Magisterio, de toda su vida”. En esa perspectiva, hablar de un cambio de paradigma con relación a la devoción al Sagrado Corazón, “tiene que el cambio de quienes habían interpretado antes del Magisterio del Papa Francisco la devoción al Sagrado Corazón, que está presente en todos sus textos”, siendo el amor a Cristo lo que le motiva. En palabras del arzobispo, esto es lo que quiere recordar la Iglesia al mundo, este amor que da sentido, que inspira, que motiva y ayuda a captar y afrontar los desafíos confiando en Dios y con la capacidad de perdonar, incluso a las personas que nos hieren”.

La experiencia del Corazón de Jesús nos unifica

“Esta encíclica nos ayuda a recuperar lo que está en el centro de la experiencia cristiana, porque el corazón unifica, yo soy mi corazón”, afirmó la Hna. Antonella Fraccaro. Ante la fragmentación en la que vivimos, ante las relaciones sociales que nos llevan a vivir en varios frentes, destacaba “la experiencia del corazón de Jesús, que unifica en nosotros, una experiencia de caridad, experiencia de relaciones, de diferentes culturas, de diferentes condiciones, incluso sociales”, Fraccaro afirma que “esta encíclica nos ayuda a recuperar el centro”.

Algo que según la religiosa “nos hace muy bien a nosotros los cristianos y las critianas, que necesitamos recuperar la unidad entre nosotros, que infelizmente nos estamos fragmentando, desarrollando el individualismo, ante lo que necesitamos recuperar el valor de la relación, del estar juntos, del caminar juntos”.