Mons. Charles Jason Gordon enseña las cuatro claves de una Iglesia verdaderamente sinodal

Mons. Charles Jason Gordon enseña las cuatro claves de una Iglesia verdaderamente sinodal
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En un artículo publicado en America Magazine, monseñor Charles Jason Gordon, arzobispo de Puerto España, Trinidad y Tobago, explora las cuatro claves de una Iglesia sinodal: relacionalidad, escucha, discernimiento y autovaciado.

Su análisis se fundamenta en el Documento Final del reciente Sínodo sobre la Sinodalidad y ofrece claves para comprender cómo la sinodalidad se manifiesta en la vida de la Iglesia.

Iglesia que se relaciona

Monseñor Gordon señala que la sinodalidad es, ante todo, una conversión en las relaciones dentro de la Iglesia. El Documento Final del Sínodo señala que los católicos desean una Iglesia “como hogar y familia de Dios, más cercana a la vida de su pueblo, menos burocrática y más relacional” (n.º 28). Esta visión implica redescubrir las raíces de la Iglesia primitiva y renovar su compromiso con el amor mutuo que Cristo enseñó: “Reconocemos una Iglesia sinodal por el florecimiento de las relaciones interpersonales que surgen del amor mutuo que constituye el ‘mandamiento nuevo’ que Jesús dejó a sus discípulos” (n.º 34).

La interconexión entre las personas, la creación y Dios es un principio central en las enseñanzas del Papa Francisco, reflejado en encíclicas como Laudato Si’ y Fratelli Tutti. La sinodalidad no es solo un método, sino una identidad que llama a cada cristiano a una auténtica conversión relacional (n.º 50).

Iglesia que escucha

La escucha es una dimensión de la sinodalidad. “El proceso sinodal ha renovado la conciencia de que escuchar es un componente esencial de todos los aspectos de la vida de la Iglesia” (n.º 78). Escuchar no solo significa atender a las palabras de los demás, sino abrir el corazón a la voz de Dios y de los marginados. El documento destaca diversas dimensiones de esta escucha: al pueblo (n.º 3), al Evangelio (n.º 5), a los pobres (n.º 8), a la Palabra de Dios (n.º 27) y al Espíritu Santo (n.º 31).

El Papa Francisco, en su intervención ante los delegados del Sínodo el 26 de octubre de 2024, resaltó que la escucha es un ejercicio permanente: “El Obispo de Roma también necesita ejercitarse en la escucha, para poder responder a la Palabra que cada día le dice: ‘Afirma a tus hermanos… Apacienta mis ovejas’”.

La Virgen María es presentada como modelo de escucha activa y discernimiento en el documento sinodal (n.º 29). Su ejemplo enseña que la escucha debe traducirse en acción y misión.

Iglesia que discierne

El discernimiento es el corazón de la sinodalidad. Para Mons. Gordon, una Iglesia sinodal no solo escucha, sino que también busca comprender y responder a la voluntad de Dios en comunidad. “El discernimiento eclesial es a la vez condición y expresión privilegiada de la sinodalidad, donde se viven la comunión, la misión y la participación” (n.º 82).

Este discernimiento debe ser transparente y participativo. El documento destaca la necesidad de transformar los órganos sinodales establecidos por el Concilio Vaticano II en verdaderas comunidades de discernimiento (n.º 103). Además, enfatiza que la autoridad en la Iglesia no puede ejercerse de manera aislada, sino que debe estar informada por un proceso de consulta y escucha del pueblo de Dios (n.º 92).

El discernimiento también se extiende al ecumenismo. Se propone incluir a delegados de otras comunidades cristianas en este proceso, fomentando una búsqueda conjunta de la verdad y la unidad (n.º 106).

Iglesia que se vacía de sí misma

Mons. Gordon explica que la sinodalidad implica un profundo acto de humildad. La Iglesia está llamada a vaciarse de sí misma, siguiendo el ejemplo de Cristo: “Siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo” (Flp 2,5-7).

El Papa Francisco ha ejemplificado este camino al descentralizar la autoridad y fomentar la participación de todo el pueblo de Dios. En su discurso final ante el Sínodo, reafirmó que la sinodalidad es un proceso permanente de conversión y renovación.

Las cuatro claves de la sinodalidad propuestas por Mons. Gordon ofrecen una visión para la Iglesia de hoy. Ser relacional, escuchar, discernir y vaciarse de sí misma son caminos para vivir una auténtica sinodalidad.

Es posible acceder al articulo original en este enlace: Artículo completo


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