El Instrumentum laboris marca la metodología de trabajo de las asambleas sinodales, algo que no es diferente en la Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal del Sínodo sobre la Sinodalidad, que está siendo realizada de 2 a 27 de octubre de 2024, en el Aula Paulo VI del Vaticano, con la participación de más de 350 miembros, a los que se unen otros participantes que forman parte de diferentes equipos.
Ser Iglesia sinodal en misión
Se parte de la pregunta que guía el desarrollo de esta Segunda Sesión: “¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión?”. El propósito es descubrir cómo concretar la identidad del Pueblo de Dios sinodal en misión en las relaciones, itinerarios y lugares en los que se desarrolla la vida de la Iglesia. Se quiere esta propuesta pueda llegar allí donde se vive la sinodalidad, a las comunidades, parroquias, diócesis, pastorales, movimientos… Por eso es tan importante que todos puedan enviar contribuciones, observaciones, propuestas, a través de la Secretaría del Sínodo, para avanzar en el camino sinodal.
Esta posibilidad, que es fundamental para que el proceso vaya adelante, no ha debido ser fácil. Los miedos a escuchar, a ser Iglesia sinodal, a ser esa Iglesia de todos, todos, todos, de la que Francisco habla constantemente, están ahí. Pero es bueno recordar las palabras de Pedro Casaldáliga, que decía que el miedo es contrario a la fe. Me viene a la cabeza la música de Gilberto Gil: “voy a andar con fe, que la fe no suele fallar” (aquí me he tomado la licencia de traducirla). El miedo excesivo nos lleva a buscar seguridades que sacrifican la vida, que matan al Espíritu, y no olvidemos que, en la metodología de la Asamblea Sinodal, la conversación en el Espíritu es elemento protagonista.
Fundamentos de una Iglesia sinodal misionera
Los Fundamentos no pretenden “ser un tratado sinodal”, afirmaba el arzobispo de Luxemburgo y relator general del Sínodo, el cardenal Jean Claude Hollerich, al comenzar a abordar esta parte. En sus palabras citaba el propio Instrumentum laboris, que dice que esta sección “trata de delinear los fundamentos de la visión de una Iglesia sinodal misionera, invitándonos a profundizar la comprensión del misterio de la Iglesia”.
En esa dinámica procesual, algo de gran importancia en el pensamiento de Francisco y en el camino sinodal, el Instrumento de trabajo, en este primer momento, recoge “la conciencia que en estos años se ha ido consolidando y en particular las convergencias que el año pasado reconocimos y expresamos en el Informe de Síntesis”. De ahí que el camino a seguir no debe buscar “reabrir el debate sobre lo que ya aprobamos el año pasado, sino tomarnos el tiempo necesario para reapropiarnos de ella y situarnos dentro de un horizonte”.
Sintonizarse con el método de trabajo
Para ello, los Fundamentos ofrecen “la ocasión de sintonizarnos con el método de trabajo”, dado que “las cosas no funcionan exactamente igual que el año pasado”, aunque es verdad que permanecen las líneas fundamentales propuestas en la Primera Sesión. Se insiste en la sinodalidad como modo de ser Iglesia y en la necesidad de implementarla, en la misión, en ser una Iglesia misericordiosa, abierta a todos, con cada vez mayor protagonismo laical y femenino.
Poco a poco se irá pasando a las relaciones, itinerarios y lugares, buscando discernir los puntos fuertes y las cuestiones a explorar con respecto a lo propuesto por el Instrumentum laboris para responder a la pregunta orientadora de la Asamblea. Se quiere debatir, enmendar y aprobar un Documento que ofrezca al Papa Francisco algunas orientaciones sobre cómo ser una Iglesia sinodal en misión.
Importancia de la dinámica a seguir
Ese documento, bajo la responsabilidad del relator general y los secretarios especiales, con el apoyo de los expertos, recogerá los materiales producidos durante las dos sesiones de la Asamblea Sinodal, con particular atención al fruto del discernimiento de la Segunda Sesión. Todo ello siguiendo una dinámica de oración, invocación al Espíritu Santo, presentación del borrador del documento, reflexión personal, puesta en común, debate en plenaria, enmiendas en grupo y aprobación final.
Los Grupos de Trabajo, las famosas mesas redondas, 36 en total, constan de 10-11 participantes cada una y se conforman por lenguas, 16 en inglés, 7 en italiano, 6 en francés, 6 en español y una en portugués, cuyos trabajos se juntan en 5 mesas lingüísticas, dos en inglés, y una en italiano, francés y español-portugués. Un trabajo que sigue el método de la conversación en el Espíritu, con la ayuda de un facilitador y un experto.
Conversación en el Espíritu
En la conversación en el Espíritu cada uno toma la palabra a partir de su propia experiencia y oración, y escucha atentamente la contribución de los demás. En un segundo momento se busca hacer espacio a los demás y al Otro, compartiendo a partir de lo que han dicho los demás, lo que más le ha resonado o lo que más resistencia ha suscitado en él, dejándose guiar por el Espíritu Santo.
Finalmente, es momento de construir juntos, a partir del diálogo común, discernir y recoger el fruto de la conversación en el Espíritu: reconocer intuiciones y convergencias; identificar discordancias, obstáculos y nuevas preguntas; dejar que surjan voces proféticas. Por eso, es importante que todos puedan sentirse representados por el resultado del trabajo, y que todos actúen con plena libertad.