La Iglesia sinodal de Francisco, que el propio Papa definió como la forma de ser Iglesia en el siglo XXI, es algo que va mucho más allá de la Asamblea Sinodal. La sinodalidad es un proceso, que la Iglesia lleva delante de diversos modos.
Asumir como Iglesia el estilo sinodal
En ese sentido, es importante la comunicación que hacía el secretario de la Secretaría de Sínodo, que podríamos decir es la sala de máquinas de la sinodalidad, y en consecuencia uno de los instrumentos decisivos de la Iglesia de Francisco. El cardenal Mario Grech se refirió a los 10 Grupos de Estudio creados a instancias del Santo Padre para profundizar en cuestiones teológicas presentes en el Informe de Síntesis de la Primera Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, algo que fue retomado nuevamente por Giacomo Costa en la Sala Stampa. El cardenal maltés dijo que el trabajo de estos grupos, “no es ajeno al Camino Sinodal y especialmente al estilo sinodal que como Iglesia estamos tratando de asumir”.
Grech recordó lo le dijo el Papa Francisco en una carta fechada el 22 de febrero de 2024, en la que hacía un pedido a estos grupos: “trabajen según un método auténticamente sinodal”. Para el secretario de la Secretaría del Sínodo, “esto significa que, en su seno, dichos grupos están llamados a fomentar la participación efectiva de todos los miembros, pero también que están llamados a permanecer abiertos a una participación más amplia, la de todo el Pueblo de Dios”.
Participación de todo el Pueblo de Dios, punto clave
En esta participación de todo el Pueblo de Dios está el punto clave de esta Iglesia sinodal. Quienes participan en estos grupos, también quien es miembro de la Asamblea Sinodal, no puede sentirse como alguien que decide, y sí como alguien que escucha a todos, escucha la voz del Espíritu, y junto con los otros, mediante la conversación en el Espíritu, discierne.
En la comunicación del cardenal Grech se dice claramente que “mientras los 10 Grupos sigan funcionando -y con ellos también la Comisión – es decir, hasta junio de 2025, será posible para todos enviar contribuciones, observaciones, propuestas. Pastores y responsables de Iglesia, pero también y sobre todo cada creyente, hombre o mujer, y cada grupo, asociación, movimiento o comunidad podrá participar con su propia contribución”.
Una Iglesia que escucha
La importancia de esta propuesta es decisiva para entender lo que significa una Iglesia que escucha. Pienso, y me llena de alegría, en la posibilidad de que un ministro de la Palabra, una catequista de una de las comunidades ribereñas a las que acompaño a orillas del Río Negro, en la arquidiócesis de Manaos, pueda enviar a la Secretaría del Sínodo aquello que es vivido, rezado, celebrado, testificado, en esas comunidades, por tantos hombres y sobre todo mujeres, que dan su vida para que el Evangelio continúe presente en la vida de esta gente. ¡Cuántas cosas interesantes podrían salir de esas y otras comunidades similares!
Una Iglesia que tiene miedo de escuchar a todos se vuelve autorreferencial, y Francisco nos advierte constantemente contra ese peligro. Por eso, sólo nos cabe decir a la Secretaría del Sínodo: gracias por garantizar el método sinodal, por querer recoger el material que se le envíe, transmitiéndolo al Grupo o Grupos correspondientes. La sinodalidad no es teoría, es práctica, y esto, aunque a algunos les ponga nerviosos, es sinodalidad, es Iglesia de verdad, pues la Iglesia nunca fue un pequeño grupo de puros y elegidos. No olvidemos que una Iglesia de puros y elegidos, eso es una herejía.