La 61ª Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) es vista, por el cardenal Leonardo Steiner, con expectativas muy positivas. «La experiencia de nuestras asambleas es una experiencia de colegialidad, de comunión, de oración, de compartir, de fraternidad». Es escuchar al Espíritu y escuchar a los hermanos.
Sinodalidad en acción
Las Directrices no serán aprobadas en esta asamblea, precisamente porque están a la espera del final de la segunda sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad. En este sentido, el arzobispo de Manaos destacó que la cuestión de la sinodalidad, para la Iglesia de Brasil, es vital. «Tenemos mucha experiencia, especialmente en la Amazonía, de ser una Iglesia sinodal, donde todos participan en la vida de la Iglesia, en su acción evangelizadora». Por ello, el Carndenal Steiner invita a estar atentos del resultado del Sínodo para ir con mayor libertad y certeza hacia la aprobación de las Directrices Generales.
La 61ª Asamblea General de la CNBB utilizará el método de la conversación en el Espíritu, siguiendo la metodología utilizada en el actual proceso sinodal. Según el presidente del Regional Norte1 de la CNBB, lo fundamental de la escucha del Espíritu es escuchar a nuestros hermanos, escuchar a los que forman parte de la mesa, del compartir, de escucha. El cardenal subrayó que «no se discute, no se debate, sino que se escucha mucho para luego llegar a ciertas conclusiones».
Apertura a escuchar al Espíritu
Está previsto un retiro espiritual, dirigido por el secretario de Estado Vaticano cardenal Pietro Parolin, que tiene como tema el camino sinodal. Steiner destaca que «invocar y estar abiertos al Espíritu Santo es decisivo». Puso el ejemplo de San Agustín, que «cuando reunía a los obispos de la región, pasaba algunos días en oración, hasta que había una armonía y mucha diferencia entre ellos».
Por eso «el retiro es una ocasión para sintonizarnos mejor, para darnos cuenta de que estamos al servicio de la Iglesia, de que estamos al servicio de las comunidades. A través de las diócesis, los obispos estamos al servicio del Reino de Dios y dispuestos a la acción. «Estamos abiertos a la acción del Espíritu y a la posibilidad de aportar mucho a las Directrices, pero sobre todo, a escuchar a nuestros hermanos y a recibir inspiración».
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