Sacar la sinodalidad del aula Paulo VI, “donde se habla de ella, se reflexiona, se reza, para llevarla a la vida cotidiana, a los distintos lugares, y mostrar que no se trata de un tema de estudio, sino de una realidad que está ya, al menos germinalmente, en acto”, es el deseo del arzobispo de Rabat, cardenal Cristóbal López Romero, uno de los miembros de la Asamblea Sinodal que participaron este 4 de octubre de la rueda de prensa en la Sala Stampa.
Experiencias de sinodalidad en África
En su intervención, el cardenal salesiano, contó algunas experiencias de sinodalidad en el África anglófona llevadas a cabo por una de las religiosas miembro de la Asamblea Sinodal, creando una experiencia de reflexión y encuentro, llegando a afirmar que esta mujer “ha hecho mucho más que muchas conferencias episcopales para difundir qué es la sinodalidad y sobre todo para promover que se ponga en práctica”. Igualmente contó tres experiencias de la Conferencia Episcopal que representa, formada por las diócesis de Marruecos, Libia, Argelia y Túnez y en la archidiócesis de Rabat. Experiencias de participación de todos para definir el camino de las diócesis, buscando crear comunión entre todos, dar voz a todos, para traducirlo al servicio de la misión, en un plan pastoral.
Estamos hablando de iglesias poco numerosas, en Rabat se calculan 25 mil católicos, llegados de 100 países, lo que “nos ha dado una riqueza extraordinaria, pero también dificultades para vivir la comunión entre tanta diferencia”, subrayó el cardenal. En ese sentido, hizo ver que “cuando los cristianos se han puesto a escucharse, han encontrado maravillas en aquellos que les rodeaban, y que los veían cada día, pero sin descubrirse mutuamente”, hasta el punto de alguna persona decir: “por primera vez en mi vida, he podido presentarme, hablar de mí mismo y que haya personas que me escuchan”, algo que define como interesante.
Asumir la sinodalidad en cada diócesis
Una Iglesia con más hombres que mujeres, más jóvenes que ancianos y con cada vez mayor presencia de subsaharianos. Una Iglesia que tiene como plan pastoral: “Siguiendo a Cristo, seamos una Iglesia para el Reino de Dios”. Una experiencia de sinodalidad que debería ser asumida en cada diócesis y que quiere poner en práctica y llevar adelante, pues la sinodalidad puesta en práctica da muchos frutos.
Para el arzobispo de Rabat, “este Sínodo está siendo sumamente enriquecedor, porque nos pone juntos a personas de diferentes continentes, porque nos pone juntos a hombres y mujeres, este Sínodo pone juntos a clérigos y laicos, y toda esta diversidad nos enriquece, aunque supone pulirnos los unos a los otros”. López Romero ha recordado las palabras del Papa Francisco, que dice que la Iglesia católica está todavía demasiado europeizada, occidentalizada, algo que dice ser cierto, y que ha experimentado viviendo en América Latina y África.
Todos tienen que aprender de todos
De ahí el convite que ha hecho a “ayudarnos unos a otros”, diciendo que “la Iglesia va a salir más católica, en el mejor sentido de la palabra, más universal”. El cardenal ha insistido en que en la Iglesia todos tienen que aprender de todos, y “ayudarnos los unos a los otros a vivir auténticamente el Evangelio en las circunstancias que nos toca vivir, con muchos o con pocos”. Desde ahí destaco lo bueno que es el roce, para evitar alejarse los unos de los otros. Algo que obliga a interaccionar, escuchar, aprender unos de otros y así enriquecerse mutuamente.
Con relación a Fiducia Supplicans, ante una de las preguntas, dijo que hubiera sido mejor que ese documento recorriera un camino sinodal, dado que no fue consultado, lo que ha provocado divergencias en algunos de los puntos. Su conferencia episcopal se posicionó modo diferente al resto de las conferencias africanas, lo que le llevó a decir que la práctica de la sinodalidad no es algo fácil, que lleva a pasar por tropiezos y pedidos de disculpas. Una dinámica que hará posible ser más humildes y dejarse iluminar más por el Espíritu Santo.