Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal: “Sinodalidad significa que todos se sienten en casa”

Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal: “Sinodalidad significa que todos se sienten en casa”
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La Asamblea Sinodal continua, cargada de temas, algo que se da a conocer cada día en las ruedas de prensa, en las que acuden a la Sala Stampa vaticana, algunos de los miembros de la asamblea para compartir sus impresiones sobre lo que están viviendo en la sala sinodal.

Además de los habituales Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación, y Sheila Pires, secretaria de la comisión para la comunicación, en esta jornada se hicieron presentes, el obispo de Kalookan (Filipinas), Mons. Pablo Virgilio David, Mons. Launay Saturné, arzobispo de Cap Haïtien (Haití), Mons Mounir Khairallah, obispo de Batrun de los Maronitas (Libano), y la teóloga Catherine Clifford, profesora en la Universidad San Pablo de Ottawa, (Canadá). Todos ellos conducidos por Cristiane Murray, subdirectora de la Sala Stampa.

Elementos abordados en el aula sinodal

Como es costumbre fue revelado los elementos fundamentales presentes en la mañana y la tarde anterior, una labor que llevan a cabo Pires y Ruffini. El prefecto del dicasterio para la comunicación destacó como importante la intervención del cardenal Grech, secretario del Sínodo, que anunció la necesidad de la Asamblea entrar en diálogo con los 10 grupos de estudio creados por el Papa, lo que fue aprobado con 265 votos a favor y 74 en contra. Los trabajos en las últimas horas se llevaron a cabo en círculos menores, que elaboran informes que son entregados a la Secretaría del Sínodo, donde se recogen los puntos a favor y aquello que debe ser profundizado, para lo que debe ser sugerido el qué y el cómo hacer eso. Igualmente, se refirió al rezo del Rosario de este domingo en Santa María la Mayor, donde el Papa invocará la Paz, y la Jornada de Oración y Ayuno el lunes 7.

Temas más relevantes

En cuanto a los temas, Sheila Pires recordó el deseo de algunos miembros de que el Sínodo haga un llamamiento por la paz, con pasos concretos para acabar con la guerra y poner fin a las migraciones forzadas, de ser artesanos de paz y condenar los fundamentalismos, denunciando el tráfico de armas, causa del sufrimiento mundial, pues a veces “además de rezar, es necesario denunciar”, subrayó.

En la asamblea salió el tema de los pobres, que sujetos y no destinatarios de la sinodalidad, dado que muchas veces el camino de la salvación lo muestran los últimos. Igualmente escuchar el grito de la tierra y de los pueblos, y el hecho de que la caridad sólo aparece dos vences en el Instrumentum laboris, algo que no es bueno, pues “la caridad y la misericordia están en el centro de la vida de todos los cristianos. Pires recordó que “sinodalidad significa que todos se sienten en casa, evitando formas de discriminación, escuchando a los que no son escuchados”.

Sobre el papel de la mujer, un tema que de nuevo apareció, fue destacado que no debería suceder que “las mujeres que quieren servir a la Iglesia, que tanto ayudan a la Iglesia y a la sociedad, que se comprometen, estén en posiciones marginales”, siendo dicho la necesidad de acoger a todas, “inclusive a las mujeres que quieren ordenarse sacerdotes” y otros colectivos marginados. También fue tratado el tema de los jóvenes, sujetos y no objetos de la evangelización, atraídos por el radicalismo evangélico, lo que debe llevar a volver a poner a Jesús en el centro. Se abordó el tema del ecumenismo, y se afirmó que “la sinodalidad es una manera de luchar contra el clericalismo”, resaltando la necesidad de llegar a las iglesias locales y de celebrar sínodos diocesanos.

Importancia del encuentro de párrocos

Entre la primera y la Segunda Sesión de la Asamblea, fue realizada una consulta global con los párrocos, un pedido del Papa, como recordó el obispo de Kalookan Mons. Pablo Virgilio David. Después de participar en el encuentro de párrocos, realizado en el mes de mayo en Roma, fue organizada una consulta continental con los párrocos, a quienes el Papa pidió ser apóstoles de sinodalidad, y los avances en la sinodalidad en cada conferencia. Sobre la migración de los filipinos, primero de las zonas rurales a las ciudades locales, sobre todo Manila, y después fuera de Filipinas, dijo que es visto como un reto, dado que los migrantes, inclusive dentro del país, son vistos como una amenaza, lo que ha llevado a la Iglesia filipina a hacer misión entre ellos, y así estar en medio de los más pobres, en las periferias, un término que no era muy conocido en Filipinas.

Preparar la Asamblea Sinodal en medio de las dificultades

La preparación a la Primera Sesión fue muy difícil en Haití, según Mons. Launay Saturné, dada la grave situación social de inseguridad que se vive, con falta de respeto por la dignidad de la persona, que lleva a constantes masacres, ante las que las autoridades no hacen nada, denunció el obispo. Esto provoca la huida de la gente, lo que obstaculiza la misión de la Iglesia, dada la violencia instaurada por grupos armados, que impide inclusive el acceso a la educación. A pesar de todo, la Iglesia ha hecho todo lo posible para preparar la Asamblea Sinodal, buscando a través de la formación y la catequesis transmitir valores que hagan posible la democracia, y pidiendo como Conferencia Episcopal que las autoridades lleven a cabo la transición, algo estancado por muchos años. La Iglesia pide a la población que colabore para alcanzar la paz y la seguridad, destacando el apoyo constante del Papa y agradeciendo esa cercanía.

Un país que rechaza el lenguaje del odio y de la venganza

El Líbano es un país en guerra desde 1975, y 50 años más tarde no se quiere reconocer que es una guerra impuesta. Un país que, en palabras del obispo maronita, Mons. Mounir Khairallah, es “un mensaje de paz y debería seguir siendo un mensaje de paz, el único país de Oriente Medio donde existe una convivencia en paz entre cristianos, judíos y musulmanes. El obispo, cuya vida fu profundamente marcada por la violencia desde que con 5 años fueron asesinados brutalmente sus padres, afirma que, en el Líbano, “queremos construir la paz y somos capaces de hacerlo”, en un país cuya población rechaza el lenguaje del odio y de la venganza.

Un clima de gran apertura

El clima es muy diferente en la Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal destacó Catherine Clifford, que recordó el trabajo hecho en Canadá trabajaron juntos para reflexionar sobre el Informe de Síntesis. Sobre la primera semana dijo que se ha caminado mucho, destacando la importancia de la oración, las conversaciones sobre el proceso sinodal y el clima de gran apertura, lo que hace que se sienta “la libertad que nos permite caminar hacia temas importantes”. Los pasos dados en estos días los ve como “marco de referencia para encarar cuestiones prácticas”.

En su intervención, la teóloga canadiense destaco como fundamental la cuestión de las iglesias locales, “es importante escuchar las historias de las iglesias locales y aprender unos de otros”. Igualmente resaltó la mayor presencia de delegados fraternos ecuménicos, que contribuyen en la conversación de una forma muy profunda y acertada, se sienten en su casa y perciben que habrá también repercusiones para sus iglesias. Finalmente, Clifford dijo que “hay una serie de cuestiones que nuestras iglesias tienen que encarar, pero debemos hacerlo juntos, porque eso dará más frutos”, subrayando la importancia en esta Segunda Sesión del trabajo de los teólogos.


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