Uno de los elementos presentes en el proceso sinodal del Sínodo sobre la Sinodalidad es el puesto de la mujer en la Iglesia y su participación en los procesos de decisión, una reflexión confiada a uno de los diez grupos de trabajo creados por el Papa Francisco en febrero de 2024, que continuarán su trabajo después de la clausura de la Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal.
Se va haciendo camino
Se están dando pasos en ese sentido, como señalaba María Dolores Palencia en la primera rueda de prensa de la Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal. En su caso, su nombramiento como presidente delegada de la Asamblea Sinodal, junto con la japonesa Momoko Nishimura, cargo que comparten con otros siete hombres, fue una de las sorpresas de la Primera Sesión de la Asamblea Sinodal.
Lo que se vive en la Asamblea Sinodal y en la vida cotidiana de la Iglesia en las diócesis, parroquias, comunidades y otros ámbitos eclesiales, le lleva a la religiosa mexicana a decir que “la experiencia de este año, entre una sesión y otra, nos ha mostrado como aprendizaje, que se va haciendo un camino, y que ese camino va dando frutos”. María Dolores Palencia resalta que “depende mucho de los contextos y de las culturas, de los continentes”.
Abrir nuevas experiencias y propuestas
La presidenta delegada de la Asamblea Sinodal se hace eco de lo que se está viviendo en México, pero también en América Latina y el Caribe, algo que ha ido descubriendo en las diversas reuniones a las que, junto con los otros miembros del Sínodo de la región América-Caribe, ha sido convocada a lo largo del proceso sinodal, momentos en los que han compartido y dialogado”. En esa perspectiva, subraya que “se está haciendo un camino donde se está reconociendo cada vez más el rol de la mujer, sus dones y sus aportes en una Iglesia sinodal”.
La religiosa señaló igualmente que “también se va reconociendo la posibilidad de abrir nuevas experiencias y propuestas para descubrir más todavía ese rol, para poder llegar más al fondo”. Hablando sobre el trabajo en los círculos menores, las mesas redondas en que está organizada la Asamblea Sinodal, contó lo escuchado en la mesa en la que estaba participando, donde fue dicho que “hay lugares en los que los consejos pastorales son cien por ciento femeninos, el sacerdote y todos los miembros del consejo pastoral son mujeres”.
Tener en cuenta los contextos
“Un camino que se va haciendo, eso depende de los contextos, pero se va haciendo poco a poco”, afirmó. En ese sentido, enfatizó que es un aprendizaje, también inclusive, en algunos lugares, para las mujeres laicas y consagradas, “porque también tenemos que hacer un aprendizaje nosotras para liberarnos de un estilo de clericalismo que hemos vivido, también de nuestra parte”.
Por eso, la religiosa mexicana, alguien acostumbrada a habitar las periferias, actualmente vive en un refugio para migrantes en México, no duda en decir que “se están dando pasos, tenemos que dar pasos todavía más amplios, más rápidos, con mayor intensidad”, pero al mismo tiempo hace ver que “hay que tomar en cuenta los contextos, respetar las culturas, dialogar con esas culturas y escuchar a las propias mujeres, en esos lugares y en esas culturas, pero sí que hay un camino adelante”.