La Misa del sábado 13 de abril fue un momento especial de la 61ª Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, que tiene lugar en Aparecida del 10 al 19 de abril de 2024. 19 catequistas, 18 mujeres y un hombre, representantes de los 19 regionales en que está organizada la Iglesia de Brasil, recibieron el ministerio de catequista de manos del arzobispo de Santa María y presidente de la Comisión Bíblico-Catequética de la CNBB, Mons. Leomar Brustolin.
Qué sería de la Iglesia sin los catequistas
El ministerio del catequista fue instituido por el Papa Francisco con el motu proprio Antiquum Ministerium el 10 de mayo de 2021. Su papel es fundamental en la Iglesia, en los procesos evangelizadores para los que los obispos de Brasil están elaborando las Orientaciones para la Acción Evangelizada. Un papel reconocido por Mons. Brustolin, como señaló en la Misa celebrada a los pies de Nuestra Señora de Aparecida, en el Santuario Nacional, cuando preguntó: «¿Qué sería de nuestra Iglesia sin su misión?«.
Entre los que han recibido el ministerio se encuentra Deolinda Melchior da Silva, indígena del pueblo Macuxi, que está ayudando a hacer realidad una Iglesia con rostro indígena, tal como pidió el Sínodo para la Amazonía. El presidente de la Comisión Bíblico-Catequética afirmó que «fue una gran alegría haber podido incluir en el grupo de los primeros catequistas de Brasil a una mujer indígena con larga experiencia en la catequesis, con una gran capacidad de evangelizar».
Según el obispo, «su presencia con todos los demás revela la grandeza de la multiculturalidad de Brasil, la grandeza de la fe en esta tierra y, sobre todo, muestra cuánto el Evangelio necesita ser inculturado y encarnado en tierras brasileñas. Para nosotros, en la comisión, tener una persona indígena, personas que trabajan con discapacidades, representantes de comunidades negras, todos ellos representan la belleza del Evangelio inculturado en diferentes realidades».
Catequista desde hace 42 años
La señora Deolinda es catequista de la Misión de Muturuca, en el municipio de Uiramutã, diócesis de Roraima, desde hace 42 años, y coordina la catequesis en su región desde hace 15 años. Dijo estar muy contenta de recibir este ministerio como catequista en una celebración en la que «me sentí fortalecida, mi fe crece cada vez más y así seguimos trabajando», llamando a los catequistas indígenas a seguir cumpliendo su misión. En la diócesis de Roraima organizan todos los años cursos de formación para catequistas y líderes que celebran la Palabra en sus comunidades.
Los indígenas ahora son protagonistas de la misión
La institución de Deolinda Melchior da Silva en el ministerio de catequista es considerada por el obispo de Roraima, Mons. Evaristo Spengler, como un día histórico para la diócesis y para el Regional Norte1. Quienes han recibido este ministerio son personas que preparan a la gente «para ser discípulos de Jesucristo, caminando con Él, escuchando su Palabra, viviendo en comunidad, alimentándose de la Eucaristía y viviendo fraternalmente en comunidad».
Mons. Spengler, que entregó la Biblia a la mujer que había recibido el ministerio de catequista, como hicieron los demás obispos con cada catequista, destacó la importancia de que la señora Deolinda recibiera el ministerio de catequista en nombre de todos los pueblos indígenas de Brasil. Los pueblos originarios fueron evangelizados por misioneros llegados de otros lugares, «y ahora los indígenas son los protagonistas de la misión«. En una región con comunidades de difícil acceso, «la señora Deolinda es incansable, es un testimonio vivo del Evangelio que se difunde entre nuestro pueblo», destacó el obispo.